No se lo podía creer
Maggie se quedó paralizada, conmocionada por lo que acababa de presenciar. Tenía que ser un engaño; no podía haber ocurrido delante de tanta gente. Era consciente de que su familia y sus amigos nunca lo olvidarían. Le costaba creerlo. Dominio público Tenía las mejillas sonrojadas por la vergüenza. Era impensable que su futuro marido le hiciera algo así. Con tantas emociones atascadas en la garganta, ¿cómo iba a enfrentarse a él? A Maggie se le revolvió el estómago cuando, de repente, notó la oscuridad y se encontró en el suelo.

No se lo podía creer
Sólo amigos para empezar
Maggie conocía a Caleb desde hacía mucho tiempo. Habían sido amigos en el instituto y ambos eran de Asheville, Carolina del Norte. Pasaban mucho tiempo juntos porque tenían amigos parecidos, y todo el mundo les recomendaba que se conocieran. Pero los dos no se arriesgaron a enamorarse hasta que terminaron el instituto. Sin embargo, Maggie descubrió un secreto sobre Caleb que no pudo ignorar cuando llegó el día de su boda.

Sólo amigos para empezar