Imaginando la vida en una cabaña
Los días que siguieron me llevaron a pensar en mi vida en esta cabaña, lejos del ajetreo y la complejidad de mi vida de casada. Cada noche, me consolaba con pensamientos de sencillez, despertándome con los sonidos pacíficos de la naturaleza. Las mañanas junto al arroyo, leyendo un libro o disfrutando de un café en el porche, me parecían placenteras. Este retiro era algo más que una escapada; era el comienzo de un nuevo capítulo, sin dificultades.

Imaginando la vida en la cabaña
Llamada a la agencia inmobiliaria
Cuando por fin llamé a la agente inmobiliaria, me comunicó que la cabaña podría estar a mi disposición en unos días. Su tono estaba marcado por una sensación de urgencia similar a la mía. Hablamos de los detalles y concertamos una cita. Cuando colgué el teléfono, sentí una combinación de emoción y temor. Este progreso concreto hacía realidad el sueño. En pocos días, mi sueño de una vida tranquila podría hacerse realidad.

Llama al agente inmobiliario

