Tranquilizar a la familia
Aseguré a mis hijos que, sin su contribución, nada tendría lugar. “Seguiremos esto paso a paso”, les dije mirándoles a los ojos. “Vuestras emociones son de gran importancia y las pondremos por encima de todo lo demás” La tensión en la sala disminuyó ligeramente, pero seguía existiendo una sensación de incertidumbre. Prometí que lo haríamos juntos e hice hincapié en la unión. “Somos un equipo”, añadí. “Consideramos esto una familia”

Tranquilizar a la familia
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Luchando con el equilibrio
A medida que mi ascenso me daba más obligaciones en el trabajo, cada vez me resultaba más difícil equilibrar mi tiempo. Mis mañanas empezaban antes y mis noches eran más largas. Aunque hacía todo lo que podía, las obligaciones del trabajo empezaron a limitar mi tiempo con la familia. Hacía malabarismos constantemente con las responsabilidades y notaba que adelgazaba cada día. La presión se notaba tanto en casa como en el lugar de trabajo mientras intentaba mantener todo en equilibrio.

Luchando con el equilibrio