El corazón se acelera por el miedo
Al mismo ritmo que mi corazón, mi mente se movía. ¿Qué sucedió? El rugido del individuo resonó en mis oídos, un ruido perturbador que no pude eludir. ¿Qué estamos haciendo?, pregunté a cualquiera que pudiera darme una solución. A mi alrededor, todos los rostros mostraban la incertidumbre, pero no existía un plan definido. Observé los arbustos, reflexionando sobre todas las oportunidades que se ocultaban en ese mundo encubierto.

El corazón se acelera por el miedo
Los aldeanos mantienen la calma
Un aldeano, que se encontraba próximo, se limitó a acortar sus hombros cuando le pregunté si tenían conocimiento de lo que estaba sucediendo. “Los Leones” “Murmuró”, murmuró, como si eso lo aclarara todo, y se giró. Me asombró la indiferencia que mostraba en comparación con nosotros, los visitantes. Sin embargo, su indiferencia no me calmó, sino que me dejó aún más incómodo. ¿Estamos exagerando o existía algo más que no comprendíamos de esta circunstancia?

Los aldeanos mantienen la calma