Reflexiones nocturnas
Cada noche, escribía en mi diario, relatando no sólo mis ocupaciones, sino también mis emociones. Tomar notas de mis experiencias se convirtió en algo tranquilizador, que me permitía gestionar el flujo de emociones. Anotaba de todo, desde risas con nuevos amigos hasta dulces momentos de soledad. El diario se convirtió en una reflexión, que revelaba mi viaje de autodescubrimiento y la curación que estaba teniendo lugar. Cada vez que anotaba algo, me sentía más en sintonía con mi verdadero yo.

Reflexiones nocturnas
Pensamientos a la deriva
A pesar de la experiencia, a menudo me acordaba de él, preguntándome qué estaría haciendo y si se habría dado cuenta de mi sorpresa. Por mi mente pasaban imágenes de su rostro y de sus posibles reacciones. Imaginaba que iba a encontrar las cartas, las pistas y el álbum de boda. Su respuesta seguía siendo incierta, pero aparté estos pensamientos, concentrándome en mi viaje. Este viaje era cosa mía y tenía que disfrutar de cada minuto.

Pensamientos de La Dérive