Hacia lo desconocido
La resolución y el temor se fusionaron como un cóctel en mi estómago. El bosque se mostraba vivo y enigmático, murmurando sus secretos al viento. Ahora no podía parar, no cuando algo me impulsaba a buscar respuestas. “Vamos”, murmullé, avanzando de nuevo. Era simultáneamente cautivador y emotivo, como las narraciones de antiguos exploradores que mi abuelo solía relatar. Era consciente de que necesitaba continuar avanzando.

Hacia lo desconocido
Un grito de socorro
De pronto, me quedé paralizado. ¿Era un clamor de socorro? Mis oídos se intensificaron, intentando captarlo nuevamente. Era frágil, pero indudablemente humano. ¿Has escuchado eso? respondí, confiando en que todavía existiera alguien detrás de mí. Sin embargo, el silencio contestó a mi interrogante, incitándome a avanzar más velozmente. Expecta. Esperaba que cualquiera pudiera escucharme. De esta manera, me apresuré a continuar avanzando, con la esperanza de no haber llegado muy tarde.

Un grito de socorro